Centre btt de la Seu d'Urgell

El refugio se halla en el Coll de la Basseta, el centro logístico de todo el sector de Sant Joan de l’Erm. Muy cerca del refugio está la ermita nueva. Los restos de la vieja están a unos seis kilómetros, en dirección al Pallars. La excursión es corta y no presenta ninguna dificultad orográfica especial. Hay que ir a buscar la pista que pasa por la izquierda del refugio y continúa en dirección NO. Este tramo es conocido entre los practicantes del esquí de fondo como “la autopista”: es muy llano, ideal para aprender a manetener el equilibrio sobre los esquíes. A la izquierda van apareciendo nuevas bifurcaciones, que nos llevarían a las zonas más altas de la estación. Tras una breve subida, habremos superado el Serrat de l’Oratori, desde donde se baja enseguida hacia Sant Joan Vell. Los resots del santuario todavía nos impresionan. Sant Joan de l’Erm es una fundación medieval –documentada ya en el siglo X– que servía de refugio a los viajeros que atravesaban aquellos bosques, paso obligado entre el Pallars y el Urgellet. Fue también cuartel general de un temible general carlista, el Ros d’Eroles, y –esto ya es más discutible– escondrijo del Santo Grial. La ermita cerraba por Todos los Santos, y no se volvía a abrir hasta la llegada del buen tiempo. Sant Joan fue incendiado en diciembre de 1936. Desde el santuario se ven las vertientes peladas del Solà de Romadriu: el pueblo está en el fondo del valle, y debe su fama inmortal a la leyenda de la Vella de Romadriu, una muy conocida fábula metereológica: los Manllevats (los días que el mes de marzo pidió prestados al mes de abril, para matar de frío al rebaño de la Vella).